Me
ha costado mucho elegir qué receta será la primera que cuelgue. Y no es para
menos, porque tengo cerca de 15 recetas preparadas para enseñaros ya antes de
abrir el blog. Solo tengo que maquetar las fotos y redactar correctamente todas
las instrucciones…. Se dice rápido, pero nunca pensé que llevara tanto tiempo.
Pero
como hace unos días me presionaron “un poquito” vía Twitter cuando hablé de las
cookies con chips de chocolate que estaba haciendo, tomé la decisión de que
esta sería la primera receta que viera la luz. Mi historia con las cookies es
el cuento de nunca acabar. No acabo de encontrar la receta perfecta, y siempre
pruebo una nueva cada vez que me pongo a hacerlas.
Claro
que pocas veces repito la misma, y por ello empezar con este último experimento
me parece una forma perfecta de iniciar el blog y documentar mis esfuerzos.
Además, he rescatado mis apuntes de Análisis sensorial de alimentos (o cata,
dicho mas llanamente) para poder dar una evaluación a todas las variedades.
Esta
en concreto es una adaptación de Directo
al paladar, que he conservado casi intacta excepto una modificación respecto
al chocolate y el horneado:
Ingredientes:
- 100 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
- 75 gramos de azúcar blanco
- 100 gramos de azúcar moreno
- 1 huevo (yo usé L)
- Una pizca de sal
- Una cucharadita de extracto de vainilla
- Una cucharadita de levadura en polvo
- 100 gramos de pepitas de chocolate
- 225 gramos de harina
Instrumental:
- Varillas metálicas
- Un bol
- Film transparente
- Un cuchillo
- Papel de hornear
- Rejilla para el enfriado
Preparación:
Batir
la mantequilla con los dos tipos de azúcar hasta que quede una masa (más o menos)
homogénea.
Añadir
el huevo, el extracto de vainilla y la pizca de sal, mezclándolo todo bien
Añadir
la levadura en polvo y los chips de chocolate
Tamizar
la harina sobre la mezcla y homogeneizar bien
Formar
un rulo con toda la masa y envolverla en papel film. Debe reposar al menos una
hora en la nevera, aunque suele quedar mejor si es de un día para otro.
Precalentar
el horno a 170º
Pasado
este tiempo, cortar con un cuchillo rodajas de aproximadamente medio centímetro
de grosor e ir colocando las galletas en una bandeja forrada con papel de
hornear, manteniendo una separación de seguridad entre ellas.
Hornear
con la bandeja en el centro, resistencias arriba y abajo con ventilador,
durante 10-15 minutos.
Sacar
y dejar enfriar en una rejilla. Después pasarlas a una lata o envase hermético.
Notas:
Es
muy probable que pierdan la forma redondeada al cortar las rodajas. No ha
problema porque se pueden moldear de nuevo con la mano para darle la forma y tamaño
que queramos.
Yo
partí de un rulo inicial de 4 cm de diámetro, y las galletas finales tienen
sobre 5-5,5 cm, lo cual quiere decir que se expanden en el horno aunque no
demasiado. En total, con estas medidas, salen unas 40-45 galletas.
Yo
las saqué a los 10 minutos exactos, que es justo cuando los bordes empiezan a
oscurecerse. No os asustéis (si es la primera vez que hacéis galletas) porque estén
blandas al sacarlas, ya que es normal. Luego se endurecen al enfriar sobre la
rejilla. Si esperáis a que estén duras ya dentro del horno, al final quedaran
como piedras.
Se
puede poner chocolate en trocitos, pero cambia la cosa a la hora de hornear, no
se conservan las pepitas de la misma manera. Si tenéis que comprar, yo os
aconsejo ir a por pepitas. Estas en concreto son del Lidl, que me costaron solo
un euro y saben bastante bien, aunque sin comparación a unas Valor o cualquier
otra marca buena.
Cada
horno es un mundo, así que la primera hornada servirá de test para saber lo que
tenéis que hacer. Por ejemplo, la primera se me quemó un poco por debajo, así que
decidí reducir la temperatura a 170º, que es la que he estimado como correcta
al final.
Guardadas
en una lata o envase hermético pueden aguantar tranquilamente 2 semanas sin
perder propiedades.
Análisis sensorial:
En
concreto, para estas galletas (sin contar la primera tanda quemada, por
supuesto) una vez frías, mi cata personal ha dado estos resultados:
Color: Muy
similar a las marcas comerciales, aunque quizás un poco más claritas. Estéticamente
se ven los chips de chocolate sin deshacer y la masa totalmente diferenciada.
Sabor: En
su punto justo de azúcar. Dulce como debe ser un galleta, pero sin sentir que
necesitas un chute de insulina después de comerte dos. No se notan sabores
artificiales en la masa, y tiene la cantidad de pepitas suficientes para
disfrutarla pero sin pasarse.
Aroma: En
el olor que sale de la lata se nota sobre todo la vainilla, a pesar de llevar
tan poca, y el chocolate. Dulce, pero agradable, sin matices raros.
Textura: al
tacto, si se golpean con la uña, se puede oír la superficie dura y crujiente. Todas
están crujientes homogéneamente excepto las más gruesas, que aun tienen el
centro un poco blandito.
Resultado
final: Estas cookies están muy buenas, y la valoración final fue variando con
las horas. Es decir: me parecieron más dulces e incluso pegajosas a la hora de
hacerlas, pero por la noche (ya mucho más frías y secas) ese efecto no se
notaba.
Hola, he venido a devolverte la visita. Que ricas estas galletas, yo publique hace poco unas parecidas y volaron, al día siguiente no quedaban ni las migas.me preguntas en mi receta del bizcocho de remolacha que de que mediada es el molde que he usado, te he contestado en mi blog pero te lo digo aquí también, es de 23 cm y es desmontable. Un saludo y nos visitaremos
ResponderEliminarYa tengo todos los ingredientes necesarios!!! Esta semana pongo a la niña y sus amigas con la receta! Ya te contaré que tal..... Jijijijijijiji
ResponderEliminarBesos
ESta la tengo que probar.
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